martes, 2 de septiembre de 2025

Calabozos y Dragones is evil: el panico satanico de los años 80´s

 

La escuela donde adoraban a Satanas y otras cosas innombrables



Antes les recomiendo leer esta otra entrada.

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(...) La publicación de Michelle recuerda resultó en una auténtica histeria colectiva, con el presentador Geraldo Rivera afirmando que el territorio estadounidense albergaba a más de un millón de satanistas que practicaban actos execrables, rodaban pornografía infantil y, probablemente, votaban Demócrata. Por si alguien se pregunta cómo pudo germinar tamaño dislate, señalemos que las circunstancias lo propiciaban. La fascinación de los 60 y los 70 por el esoterismo no sólo había resultado en un boom de la literatura de terror y en películas como La semilla del diablo y El exorcista, sino también en el auge de predicadores como Mike Warnke, un orondo veterano de Vietnam que había llegado a la fama en 1973 con su libro The Satan Seller, relatando una infancia martirizada por Lucifer y sus adoradores. Súmese a todo ello al giro a la derecha emprendido por la sociedad de EE UU y que, un año más tarde, acabaría poniendo a un actor de películas de vaqueros en el Despacho Oval. Un actor que, además, cazaba votos codeándose con unas iglesias evangélicas en pleno revival milenarista, convencidas de que la proximidad del siglo XXI traía consigo los signos del Apocalipsis. Esos fueron los ingredientes de una receta que acabó conociéndose como “Satanic Panic”.

Aunque felizmente olvidado a día de hoy, este pánico satánico llegó a extremos de delirio: en 1990, las denuncias relacionadas con sectas diabólicas y similares rondaban el millar. Convencido (o tal vez no…) de haber descubierto una conspiración a gran escala, Lawrence Pazder viajó a Roma para entrevistarse con jerarcas de la Iglesia Católica, y al millón y pico de euros (ajustados a la inflación y al cambio actual) que se había embolsado como adelanto por el libro se sumaron sabrosas regalías procedentes de sus labores como asesor en investigaciones sobre cultos impíos. Sólo uno de dichos casos llegó a los tribunales, y fue el más grotesco de todos. Pero, antes de repasar su terrible historia, nos centraremos en otra manifestación de esta fiebre, que podría ser de lo más ridícula si no fuese porque en ella medió una muerte de verdad.

Roleros suicidas invocando a Belcebú

Uno de los aspectos más crueles del ‘Satanic Panic’, y el que más delataba su condición como criatura de la Guerra Fría, era su búsqueda perpetua de enemigos ocultos. De la misma manera que, en los 50 y los 60, cierta clase de estadounidenses vivían en el terror de que su vecino pudiese ser un agente de Moscú, los cazadores de brujas reaganianos y ochenteros pensaban que cualquier pacífico ciudadano podía pasar sus ratos libres degollando niños vestido con una túnica negra. Y también, especialmente, que cualquier forma de cultura pop era un transmisor en potencia de mensajes luciferinos. De ahí viene esa obsesión por los presuntos mensajes subliminales ocultos en discos de Metal, por cuya causa los Judas Priest se sentaron en el banquillo y Ozzy Osbourne aguantó una demanda que no llegó a juicio: tanto los autores de Breaking The Law como el vocalista de Black Sabbath fueron acusados de incitar a sus fans al suicidio en nombre de Belcebú. Algo que, en palabras de Ozzy, podría obedecer a una causa más sencilla: “Seguro que ese chaval [John Daniel McCollum, un ‘heavy’ californiano que se pegó un tiro en la cabeza a los 19 años] estaba ya jodido antes de escuchar mis discos”.

La oleada anti-Metal de los 80 fue un fenómeno largo y complejo, merecedor de su propio artículo. Por ello, pasamos página y constatamos que no sólo los discos con monstruos cornudos en la portada padecieron estas inquisiciones: desde los Másters del Universo hasta Los Osos Amorosos (cuyo filme de 1985, el primer largometraje con licencia juguetera estrenado en pantalla grande, fue cuestionado por contar con un espíritu maligno como villano), pasando por los Thundercats, Star Wars y Mi pequeño Pony, fueron docenas los artículos para consumo infantil y juvenil que acabaron en el punto de mira. Como testimonio de todo ello queda Turmoil in the Toybox, un libro-exploitation de 1984 firmado por un tal Phil Phillips.

Entre otros objetivos más o menos fáciles, Turmoil in the Toybox apuntaba al juego más temido por los padres de familia yanquis durante la primera mitad de los 80. Hablamos, claro, de Dungeons & Dragons (o Dragones y Mazmorras, si lo prefieren). Como sabe todo aquel que haya agitado alguna vez un dado de doce caras, la invención de Gary Gygax y Dave Arneson fue durante muchísimo tiempo una de las manifestaciones más asépticas de los juegos de rol: salvo el ocasional monstruo tentaculado o esas sacerdotisas elfas oscuras con sus modelitos de cuero, sus ambientaciones oficiales han presentado muy raras veces aspectos polémicos o políticamente incorrectos. Desde luego, sólo una persona muy malintencionada, muy estúpida o muy desesperada podría ver allí un material concebido para seducir adolescentes, empujándoles a adorar a Satán (o a la diosa-araña Lolth, que viene a ser lo mismo) y, en último extremo, al suicidio.

El problema era que Patricia Pulling estaba desesperada. En 1982, esta detective privado residente en Richmond (Virginia) sufrió el dolor más extremo que puede aquejar a un ser humano: el suicidio de su hijo Irving Lee Pulling. Para colmo, la pistola que el joven había usado para dispararse en el pecho era propiedad de su propia madre. En otras circunstancias, alguien habría llamado la atención sobre la precaria estabilidad mental de Irving: el chaval presentaba rasgos de conducta tales como su propensión a maltratar animales (un mes antes de su muerte, había matado con sus propias manos a varios conejos criados por sus padres, así como al gato de un vecino) y la costumbre de aullar, en pelotas y bajo la luz de la luna, en el patio trasero del domicilio familiar. Pero Patricia, que había ignorado estos signos cuando el chico estaba en vida, también decidió hacer caso omiso de ellos tras su muerte. La detective tenía muy claro por qué su chaval se había pegado un tiro: a causa de una ‘maldición’ que un compañero de juego le había lanzado durante una partida de Dungeons & Dragons en su instituto.

Ante la tragedia, Patricia Pulling reaccionó demandando al centro donde estudiaba su hijo, primero, y después fundando una asociación a la que bautizó como ‘Bothered About Dungeons And Dragons’ (efectivamente: su acrónimo es BADD). Desde entonces, Pulling dio charlas, escribió boletines y apareció como tertuliana en horario de máxima audiencia, repitiendo siempre el mismo mensaje: los juegos de rol eran herramientas usadas por sectas satánicas para reclutar adeptos. Por las razones que fuesen, muchos se apuntaron a seguirla en su cruzada. Telepredicadores, periodistas, candidatos a fiscal del distrito, supuestas eminencias como el fraudulento psiquiatra Thomas Radecki (una suerte de doctor Rosado yanqui y ochentero, para quien los jugadores de D&D formaban “un culto de la violencia”) o figuras tan inefables como Jack Chick, el dibujante más querido por la derecha religiosa estadounidense, pasaron a afirmar que rellenar una hoja de personaje y besar al Gran Cabrón en el ojo que no tiene niña era todo uno. Angelitos: menos mal que se quedaron en las cosas de Greyhawk y alrededores, porque si llegan a mirar el manual de La llamada de Cthulhu, nadie les libra de tirar Cordura.

Paradójicamente, a la industria del entretenimiento le faltaron minutos para sacar tajada de esta caza de brujas. En el mismo 1982, mientras TSR (la editorial responsable de D&D) publicaba comunicados y expurgaba sus libros para eliminar de ellos cualquier referencia diabólica, se estrenó un telefilme del cual todos hemos oído hablar: Monstruos y laberintos. Efectivamente, se trataba de esa película en la cual Tom Hanks pierde la chaveta, adoptando la identidad de su personaje y quedándose majara para los restos. En realidad, Monstruos y laberintos no tenía nada que ver con el caso Pulling, sino con otro incidente rolero acaecido en 1979: la desaparición del universitario James Dallas Egbert, otro joven con problemas mentales que acabaría suicidándose.

Aun así, la popularidad de Monstruos y laberintos subió como la espuma debido a la histeria satánica… y acabó jugando un papel en su final: en un comunicado de prensa, el antedicho psiquiatra Thomas Radecki citó la novelucha en la que estaba basado el filme como si fuera un reportaje sobre los estragos del rol. Este detalle, sumado a la obvia paranoia de la señora Pulling (siempre dispuesta a afirmar que Richmond era un nido de satanistas) y a las inconsistencias de su argumentario, llevó a la lenta extinción del pánico rolero a lo largo de los 80. Pese a ello, los dados raros y los dungeon masters siguieron despertando la desconfianza de los padres de familia durante bastantes años, tanto en EE UU como en otros países.

En España, sin ir más lejos, tuvimos nuestra propia versión de este fenómeno en 1994, cuando el llamado ‘Crimen del Rol’ dio material abundante a columnistas y todólogos. Entre ellos a Rafael Torres, quien definió estos modos de ocio como “ideados para imbéciles profundos, o bien para volver profundamente imbécil al que todavía no lo es” en una memorable columna para El Mundo. Claro que, en esta ocasión, se trataba de una simple pataleta reaccionaria que no buscaba sus pretextos en lo Oculto, sino en la mera inducción del miedo en las clases medias. Estrategia ésta que (según se mire) puede dar más miedo que Satanás.

La guardería de los horrores

Según hemos comentado antes, sólo un caso de ‘abuso ritual satánico’ llegó a traducirse en un proceso judicial. Y, como también avisábamos, se trata de una historia realmente terrorífica. Algo debido, no a sus posibles implicaciones sobrenaturales, sino a la certera imagen que ofrece de los efectos que la información no contrastada (o carente de escrúpulos) puede surtir sobre una masa ya predispuesta a creer lo que sea, siempre que haya tridentes y pentagramas de por medio. Prepárense, lectores, para conocer el espeluznante caso de la guardería McMartin.

En 1983, la palabra “espeluznante” no habría sido aplicable al establecimiento, al menos que sepamos: regentada por tres generaciones de la familia que le daba nombre, y con un alumnado medianamente numeroso, la guardería era uno más de los centros de cuidado infantil de Manhattan Beach, una población bastante pija del condado de Los Ángeles. Esta situación cambió drásticamente cuando Judy Johnson, la madre de uno de los pupilos, acusó al cuidador Ray Buckley de haber violado a su hijo. Las acusaciones de Johnson contra Buckley (hijo de Peggy McMartin, administradora del centro, y nieto de Virginia McMartin, su fundadora y propietaria) fueron incrementando su gravedad, así como extendiéndose a todo el personal de la guardería.


"Son las diez de la noche. ¿Sabes dónde están tus hijos?"

En 1984, cuando empezaron las vistas preliminares del caso, Johnson afirmaba cosas más allá de los límites de lo imaginable: según afirmaba, el cuidador y sus compañeros no sólo habían sodomizado y torturado a los pequeños, sino que también les habían hecho presenciar actos espantosos. Sacrificios de bebés y de animales, profanaciones de iglesias, levitaciones propiciadas por el poder del Mismísimo… Todos esos hechos habían sido presenciados por los alumnos de la guardería según la demandante. Una demandante de la cual tal vez convendría citar un detalle: Judy Johnson estaba diagnosticada como esquizofrénica paranoide, y era alcohólica.

Pese a la poca fiabilidad de Johnson, el proceso siguió adelante. Pese a que los interrogatorios de las presuntas víctimas, efectuados por un centro de psicología infantil especializado en abusos, se revelaron al cabo del tiempo como impropiamente sugestivos, cuando no insistentes hasta la coacción, el proceso siguió adelante. Y, aunque la demandante murió en 1986 a consecuencias de su dependencia del alcohol, el juicio contra la guardería McMartin llegó a incluir episodios tan delirantes como una excavación en torno al local: según la difunta Johnson, el centro estaba lleno de túneles que Ray Buckley y el resto del personal empleaban para conducir a los niños hasta sus rituales. La insistencia de los padres, aterrorizados por la posibilidad de que sus retoños estuvieran viviendo su propio remake de Michelle recuerda, lo exigía. Es interesante decir, a todo esto, que nuestros viejos conocidos Michelle Smith y Larry Pazder se habían reunido con varios de esos padres (acompañados de sus retoños, los mismos que debían testificar) antes del comienzo de las vistas orales, sentenciando que aquello era un caso de “abuso ritual satánico” con todas las letras. Ante semejante afirmación, procedente de dos expertos, ¿qué cabía añadir?

La prensa californiana también estaba hambrienta de carroña. Su cobertura de los hechos fue tan parcial que llevó a David Shaw, periodista de Los Angeles Times, a realizar una serie de reportajes condenando la actitud de su propio periódico ante el juicio y sus repercusiones. El director del Times, David Rosenzweig, era el novio de la fiscal encargada del caso. A Shaw acabaron dándole el Pulitzer.

El juicio contra los McMartin se prolongó durante siete años: aún hoy queda como el proceso judicial más largo de la historia de Estados Unidos. Las pruebas fueron insuficientes, las declaraciones, contradictorias, y algunos de sus momentos cumbre resultaron directamente irrisorios, como aquel en el que uno de los niños señaló una fotografía de Chuck Norris, afirmando que aquel hombre había estado presente en las ceremonias satánicas. En total, 360 de los 400 pequeños que acudían al centro afirmaron haber sido víctimas de Buckley y sus compañeros, pese a que ninguno de ellos presentaba signos de agresión, bien sexual, bien de cualquier otro tipo. En el asunto también mediaron perjurios de testigos (un compañero de celda de Ray Buckley trató de obtener una reducción de pena afirmando que éste había confesado en la cárcel) y fallos de procedimiento, cuando no la ocultación de pruebas por parte del ministerio público: Robert Philibosian, fiscal del distrito de Los Ángeles, se enfrentaba a unas elecciones difíciles que, pese a todo, acabaría perdiendo. Y, durante aquellos 84 meses, las acusaciones contra otras guarderías y centros de educación infantil brotaron como setas a lo largo y ancho de EE UU. Según cientos de padres y madres, sus pequeñuelos estaban siendo azotados, cubiertos de orina y excrementos, penetrados con utensilios de cocina.

Ninguna de dichas acusaciones, más propias de Los 120 días de Sodoma que de un escenario típico de abusos sexuales, pudo probarse. Y las acusaciones contra los McMartin, tampoco. En 1990, cuando Judy Johnson ya era menos que polvo y tras una larguísima deliberación del jurado, los siete acusados fueron absueltos por falta de pruebas. Ray Buckley había pasado siete años en prisión. La guardería, cerrada desde el comienzo del proceso, fue demolida. Los McMartin lo habían perdido todo.

Pese a este final desolador, la historia tuvo consecuencias positivas: el proceso McMartin queda como el último estertor del 'Satanic Panic'. El manifiesto absurdo que lo envolvió terminó provocando en el público una sensación que nos gustaría describir como “ultraje”, pero que tal vez sería más calificable de “hartazgo”. Habían pasado diez años desde la publicación de Michelle recuerda, la Primera Guerra del Golfo estaba a punto de comenzar y a la superpotencia le había llegado el momento de buscarse nuevos demonios. Ese mismo año, Lawrence Pazder (el hombre cuyo afán de notoriedad había desatado la locura) concedió una entrevista a The Mail On Sunday en la que, tibiamente, dejaba caer que tal vez sus afirmaciones de 1980 no hubieran sido del todo atinadas. “A todos nos gustaría probar o desmentir los hechos, pero, a la postre, eso no es importante”, afirmó. Como suele decirse, el Demonio está en los detalles.

Recientemente el "Satanic Panic" fue recordado en la popular serie Stranger Things, ambientada en los 80´s.




jueves, 14 de agosto de 2025

James Randi, proyecto Alfa y el fin de la investigacion paranormal

 


Si eres un interesado de los poderes paranormales, o por el lado contrario, eres un escéptico confirmado, quizás te suene el nombre de James Randi (1928).

Randi es un mago, escritor, científico y escéptico muy conocido en todo el mundo. Su mayor objetivo es el de sacar a la luz todos los fraudes paranormales y someterlos a pruebas científicas para demostrar su falsedad. Es mundialmente conocido por haber desvelado al gran fraude Uri Geller, el famoso doblador de cucharitas.

Hoy en día, son muchas las personas que se aprovechan de la credulidad de la gente para sacar provecho económico. Dicen poseer poderes paranormales y divinos para ganar dinero. Magos, psíquicos, mentalistas, brujos, sanadores, etc. Hay miles de casos, y son cientos de casos distintos los que James Randi se ha ofrecido a someter a su prueba del millón de dólares: una demostración de cualquier poder paranormal bajo control científico. ¿Cuántas personas se han llevado el premio? Ninguna. El desafío lleva muchos años vigente, y en 2010 dejará de existir ya que Randi considera que ese dinero podría estar invertido en otras cosas mucho más importantes.

Podríamos pasar horas hablando de los hechos y logros de James "El asombroso" Randi, y no dudo que mas adelante dedique artículos a sus proezas, (desenmascarando a Peter PopoffJames HydrickUri Geller, etc) pero esta vez me centraré en un proyecto que llevó a cabo en la década de los ochenta para reivindicar el cese de la creciente aparición de estudios universitarios centrados en lo paranormal, y experimentos "científicos" en los que cada vez más, surgían nuevos super-hombres con poderes. James Randi estaba seguro de que se trataba de personal no cualificado que ponía a prueba a charlatanes hábiles que se aprovechaban de estos científicos de probeta y tubo de ensayo.

  

EL PROYECTO ALFA DE JAMES RANDI

Todo empieza con la creación en 1979 del Laboratorio de investigación paranormal McDonnell (crédulo que previamente donó medio millón de dólares) en la Universidad Washington en Missouri. La función del laboratorio era testar a aquellos que aseguraban tener poderes paranormales, centrándose sobretodo en jóvenes. Esto repateó a James Randi, que se preocupó de advertirles que muchos intentarían aprovecharse, y que emplearan mucho rigor y profesionalidad en sus pruebas. El laboratorio pareció no hacer mucho caso a las palabras de Randi y continuó con su trabajo.

Desde su fundación, el laboratorio vió pasar a muchos fanfarrones y charlatanes que intentaban aprovecharse y darse a conocer, pero había dos sujetos, en los que decidieron centrarse, que mostraban verdaderos poderes paranormales. Eran Steve Shaw y Michael Edwards. Lo que los científicos no sabían era que ambos eran magos aficionados y que habían sido enviados secretamente por James Randi. Éste, que les había conocido durante sus giras y actuaciones como mago, les había enseñado como evitar las condicionantes de las pruebas científicas para poder llevar a cabo sus "trucos" paranormales, siempre y cuando los científicos cometieran pequeños errores de rigurosidad, que efectivamente cometieron como Randi predijo. Sólo les puso una norma: si les preguntaban directamente como lo hacían, debían decir la verdad. Nunca se lo preguntaron.

Las pruebas a ambos sujetos eran diversas: Doblar cucharas (empleando juegos de manos, persuasión, cambios de etiquetas), adivinar el contenido de un dibujo dentro de un sobre grapado (les dejaban solos y simplemente quitaban las grapas, lo veían y las volvían a poner), producir cambios en la llama de un mechero (soplando, moviendo la mesa en la que estaba puesto, creando ráfagas de viento), mover papeles encerrados en urnas (urnas no bien aisladas, con pequeños huecos por los que soplaban y producían movimiento) o crear imágenes en fotos con su mente (se ponían muy cerca de la lente y escupían).

Para mediados de 1981, Shawn y Edwards eran muy conocidos en el mundo paranormal. El más alto cargo del laboratorio Peter Phillips pidió consejo al propio James Randi y a la parapsicología para determinar los poderes de los dos sujetos. Randi le contestó diciendo que podían tratarse de dos magos aficionados usando trucos, y dejó caer que en realidad él les había enviado. Las opiniones eran dispares y nadie le creyó, y para aquel entonces la popularidad de Shawn y Edwards era muy grande, incluso sabiendo que el laboratorio cambió los protocolos para la realización de los tests, de forma que a ambos les era imposible engañar o despistar a los científicos.

 James Randi decidió poner fin a la farsa en la revista "Discover" y también lo hizo en directo en un evento ante cientos de universitarios y cámaras de televisión. Randi, situado junto a los dos muchachos, les pregunta como lo hacen, y ellos responden que son trucos. Concretamente Randi les dijo: "¿Cómo lo hacéis?", a lo que uno de ellos contestó: "Siendo honesto, hicimos trampas". La reacción del público es inquietante.

En cuanto a la repercusión, los científicos implicados negaban el hecho, argumentando que Randi había obligado a los dos "mentalistas" a mentir, y que ellos no conocían a Randi. El efecto en el mundo de la parapsicología fue muy negativo. Randi finalmente concluyó el tema argumentando que el problema fue la falta de profesionalidad y rigurosidad de los científicos encargados de realizar los tests, y aseguró que se cumpliría su objetivo que era que a partir de ahora no volviese a pasar. Muchos parapsicólogos le atacaron por considerar el proyecto de destructivo y nefasto, pero otros le felicitaron gratamente.


James Randi desenmascara a un estafador religioso

James Randi explica la homeopatia


 


jueves, 24 de julio de 2025

Croatan: La Leyenda de la colonia perdida

 


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Esta historia comienza en 1585, cuando el comandante Arthur Barlowe, junto con un grupo de pioneros, arribó en la isla de Roanoke, frente a las costas de la actual Carolina del Norte, en EE.UU financiados por Sir Walter Raleigh, que estaba convencido de la conveniencia para Inglaterra de establecer un imperio más allá de los mares desde el que explotar las riquezas del Nuevo Mundo y atacar las posesiones y flotas españolas.

A pesar de que en un primer momento la relación con los nativos no era mala, pronto se truncó y comenzaron las tiranteces; así que cuando el corsario Sir Francis Drake arribó en la isla en 1856, el pequeño grupo de expedicionarios partió rumbo a Inglaterra con el pirata.

Poco después, Sir Richard Grennville volvió a la isla con provisiones para el pequeño grupo de colonos, pero al no encontrar a nadie allí volvió a Inglaterra, no sin antes dejar en la isla a un pequeño grupo de soldados que se encargarían de guardar la colonia y las provisiones que allí quedaban hasta su vuelta.


Se cree que estos hombres sufrieron las constantes acometidas de los indios locales y partieron de vuelta a Inglaterra, aunque lo cierto es, que nunca más se volvió a saber nada de ellos, ni se encontró rastro alguno de su paradero cuando los ingleses volvieron a la colonia.

Un año después, el 22 de julio de 1587, un grupo de 118 colonos formado por 90 hombres, 17 mujeres y 11 niños llegaron de nuevo a la isla de Roanoke desde Inglaterra, con la intención de llevar a cabo un segundo intento de colonizar la isla y establecer un asentamiento permanente en las Américas que sirviera de enclave a Inglaterra para acometer contra los Españoles. El viaje estaba comandado por el Gobernador John White y financiado por el magnate Sir Walter Raleigh con el apoyo y patrocinio de la corona inglesa.


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El 18 de agosto nacía la nieta del Gobernador John White, siendo el primer colono ingles nacido en América, la llamaron Virginia, igual que el nombre de la colonia.

Aunque las relaciones de los ingleses con los Croatan, una de las Tribus indígenas de la isla, eran de colaboración, pronto comenzaron los problemas a raiz de que el colono George Howe apareció muerto en la orilla de la playa tras haber salido a cazar cangrejos. Comenzó a especularse con la posibilidad de que alguna de las tribus de la isla le hubiese asesinado así que, ante el desagradable acontecimiento, y unido a que los recursos de la colonia comenzaban a escasear, el Gobernador John White dejo atrás a su hija y su nieta y se embarcó rumbo a Inglaterra para informar a la reina Isabel I de la situación de la colonia y recoger algunos suministros

Cuando White regresó a Londres, se vio atrapado en la capital británica por la guerra contra España y la falta de fondos por parte de la corona. Los meses pasaban y White, Raleigh y los demás socios de la expedición, se mostraban incapaces de organizar una flota. Primero, por el temor de los capitanes a cruzar el Atlántico en invierno y, después, por la llegada de la Armada Invencible. La amenaza española obligó a dedicar todos los barcos disponibles a la guerra con España. Los propios White y Raleigh tuvieron que participar en la defensa de Inglaterra por lo que volver a la colonia no sería posible hasta que la contienda terminase. Pasaron tres largos años hasta que John White pudo pisar de nuevo la isla de Roanoke, fue el 18 de agosto de 1590, justo cuando su nieta cumplía 3 años… y entonces comenzó el misterio:


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Los colonos que allí se habían quedado hacia tres años, habían desaparecido sin dejar rastro. Las casas de dos plantas y techos de paja que se habían construido estaban totalmente desmanteladas y los establos, donde se alojaba el ganado, estaban vacíos. No había indicios de batalla, ni de muerte u hostilidades. Lo único que fue encontrado en el lugar fueron dos tumbas y una misteriosa palabra escrita en un poste de la fortaleza con la palabra “CROATOAN” y las letras “CRO” talladas en la corteza de un árbol cercano. Eso fue lo único que quedó de una población de más de 100 personas.

White había acordado con los colonos que si algo les ocurría, grabaran una cruz de malta en algún árbol cercano junto con el nombre del lugar al que habían marchado para indicar que su desaparición podía haber sido forzada y tener una manera de poder localizarlos. Aunque no había ni rastro de la cruz, el gobernador White asumió que se habían mudado a la isla de los Croatan, aunque no pudo llegar hasta ella pues se avecinaba una fuerte tormenta y los hombres de la expedición rechazaron continuar el camino. Tras su regreso a Inglaterra, White fue incapaz de dar una explicación del paradero de los colonos o de lo que allí podría haber pasado en durante los tres años que duró su ausencia. No pudo reunir de nuevo los fondos necesarios para volver a América, donde se habían quedado su hija y su nieta y nunca más se volvió a saber nada de ellos.


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¿Qué ocurrió alli?

Las hipótesis se sucedieron desde entonces tratando de encontrar una explicación sobre el destino y el paradero de la “colonia perdida”.

La primera idea fue que los colonos, ante la posible falta de alimentos y otras provisiones, se mudaran a la capital de los Croatoans que eran los indígenas de la isla. Aunque entonces, no se entiende por qué alguien escribió solo “Cro” en uno de los árboles, lo que podría indicar que la colonia se había ido de manera tan apresurada que, quien fuera, no fue capaz de terminar de escribir el mensaje.

También se especuló con la posibilidad de que tuvieran que huir ante un ataque externo, bien por parte de los nativos o de los españoles, pero no se halló ninguna cruz de malta en el asentamiento tal y como habían pactado con el Gobernador para indicar que habían sido víctimas de algún tipo de ataque así que esta teoría tampoco es muy convincente.

Se pensó en la posibilidad de que los colonos hubiesen decidido emprender el viaje de vuelta a Inglaterra aunque tampoco es concluyente, pues hubiesen dejado constancia de sus planes y de la fecha de su partida.

LA HIPÓTESIS MAS LÓGICA:

A principios del siglo XVIII, unos exploradores que recorrían el río Lumber, descubrieron, para su sorpresa, unos indios de ojos grises que hablaban una lengua que se parecía al inglés. Eran conocidos como la tribu de los Lumbees. Los indios de esa tribu aseguraban que sus antepasados podían «hablar en un libro», expresión con que los exploradores entendieron que sabían leer.

Tenían rasgos típicos caucásicos como una piel que variaba desde morena a muy blanca e indios con el pelo rubio y los ojos azules, rasgos que no son muy normales entre las tribus de la zona. Además, de los 95 apellidos de los colonos perdidos de Roanoke, nombres como Sampson, Costmore y Locklear, no menos de 41 pueden hallarse entre los Lumbees.

Nadie conoce la verdadera historia de esta tribu, pero con el transcurso del tiempo, se ha ido formando una teoría que parece ser, hasta el momento, la más coherente de todas las que han intentado explicar la misteriosa desaparición de la colonia perdida y de esa curiosa palabra que apareció en el lugar de la desaparición.

Se cree que los indios de la Tribu Lumbee pueden ser descendientes de los expedicionarios ingleses que desaparecieron sin dejar rastro en 1591. El río Lumber está a unos 320 kilómetros de la isla Roanoke y parece lógico pensar que quizás los colonos, por motivos que nunca conoceremos, se mudaron de localización en los años que tardó en volver el Gobernador White y se integraron con los indígenas del lugar.

El porque nunca debio ser un misterio en primer lugar


Ya hemos señalado que la explicacion mas logica a este misterio es que los colonos buscaran refugio junto a una tribu amistosa, cuyo nombre era precisamente "Croatoan", pese a que eso se ha insistido durante siglos en que la desaparicion de esta colonia es un misterio sin resolver, a pesar de lo que todos los datos y evidencias y la simple logica indicaban.

¿Porque esto se transformo en un misterio en primer lugar? Hay una explicacion muy simple para esto:

Racismo.

Asi es, hay que ponerse en el lugar de un europeo de hace 400 años, y para el, la idea de que otros europeos, representantes de una civilizacion superior, con su cultura, su tecnica y su tecnologia muy por encima de los "salvajes" del nuevo mundo, decidieran buscar refugio con una tribu amistosa, hasta el punto de que con el tiempo se integraran totalmente con ellos, incluyendo posiblemente matrimonios y -oh, dios mio, que asco- posiblemente una buena cuota de mestizaje, era francamente aborrecible.

De alli que surgiera "el misterio" de la isla Croatoan, misterio que nunca fue, solo que hubo gente que prefirio fingir que ocurrio algo siniestro e inexplicado a que indigenas y europeos convivieran pacificamente en medio de los bosques, y con "convivir pacificamente" quiero decir "probablemente mucho sexo"

CROATOAN, UNA PALABRA QUE ACOMPAÑA AL MISTERIO


Realidad y leyenda se entrecruzan de tal manera que no es posible saber donde termina la historia real y donde empieza el mito, pero la palabra CROATOAN no solo se encontró en la isla de Roanoke sino que a lo largo de la historia a acompañado al misterio y la desaparición:

(Nota: estos ultimos datos me parece que son pura basura)

Poco antes de su muerte en 1849, Edgar Allan Poe fue encontrado deambulando por las calles de Baltimore susurrando la palabra “Croatoan” después de unos días en que había estado desaparecido, sin que, a día de hoy, se conozca el paradero de donde estuvo durante aquellos días.

También estaba rayada en la pared de la celda donde el famoso asaltador de diligencias Negro Bart estaba justo antes de ser puesto en libertad y desaparecer tras ello y no saber nunca más de él en 1888;

Fue encontrada tallada en el poste de la cama, donde el célebre autor de historias de terror Ambrose Bierce, durmió antes de su desaparición en México en 1913;
Estaba escrita en la última página del diario de a bordo del buque Carroll A. Deering cuando encalló en 1921, sin nadie a bordo, en el cabo Hatteras, no muy lejos de lo que había sido Roanoke Island.

Por último, esta palabra también se encontró garabateada en la revista de Amelia Earhart después de su desaparición en 1937.


sábado, 12 de julio de 2025

Cutipetreo Adocorpus o Gargola francesa común (por la AGIAT)

 

Articulo escrito por Finn-Ur, y que forma parte del bestiario de la AGIAT, o Agencia Global de Investigación de Amenazas Taumatúrgicas, un proyecto de universo compartido/escritura colaborativa que se describe a sí mismo como:

 

Una ucronía de realismo mágico, ciencia ficción con toques de elfpunk y ficción de contención, abarcando incluso el horror cósmico y el romance en algunos artículos.

Dejando de lado tecnicismos, este proyecto de escritura colaborativa está ambientado en un mundo donde la historia a grandes rasgos es la misma, pero en los detalles las cosas han cambiado por la existencia de la taumaturgia y las múltiples especies de fantasía que en este mundo son reales. La taumaturgia se divide en 3 ramas, la magia, el espiritismo y la alquimia; que son estudiadas con la misma rigurosidad que si de cualquier otra ciencia se tratase.

La Agencia Global de Investigación de Amenazas Taumatúrgicas, o por sus siglas, AGIAT; es una organización que se encarga de contener o eliminar todas las amenazas taumatúrgicas para la vida en general, siendo de carácter público, pero sin estar afiliada directamente a ningún gobierno o nación.

O sea que si te gustan cosas como La Fundación SCP este es el sitio para ti.




Nombre común: Gargola francesa común
Nombre científico: Cutipetreo adocorpus
Hábitat: Francia (variante domestica) África central (variante salvaje)
Estado de conservación: Preocupación menor
Descripción: Las gárgolas son reptiles agamidos originarios de África, especialmente de la República del Congo y sus alrededores.

La variedad salvaje (Cutipetreo adocorpus ferus) vive principalmente en las mesetas de la zona, más que nada en las zonas rocosas donde la textura y color de sus escamas les permiten cazar.

Al igual que otros animales del género Cutipetreo, estos reptiles se han observado con escamas de colores grisáceos, marrones y hasta rojizos dependiendo de la zona donde viven, teniendo dichas escamas una gran dureza debido a diversos elementos metálicos encontrados en sus dietas carnívoras. Justo como otros miembros de su género.

Son reptiles con una locomoción semi bípeda que aprovechan su coloración y la rugosidad de sus escamas parecidas a piedras para emboscar a sus presas cuando se acercan, manteniéndose inmóviles en el lugar durante semanas e incluso meses a la espera de que un animal pase cerca de sus mandíbulas. Esto las diferencia bastante de otras criaturas perteneciendo al género Cutipetreo que suelen utilizar las escamas como métodos ofensivos o defensivos, tal como las salamandras espada (Cutipetreo acricorpus), sus parientes más cercanos que pese a ser la mitad de grandes han desarrollado escamas afiladas en la zona dorsal y en la cola para autodefensa. O los falsos rinocerontes (Cutipetreo praedo) que usan sus enormes cuerpos y fuertes escamas para ocupar un nicho similar a los animales a los que deben su nombre, pese a la falta de un cuerno.

Pueden lograr esto gracias a que son la única especie que carece de glándulas odoríferas, y por tanto de un olor característico. Del mismo modo, la falta de movimiento permite que su metabolismo sea considerablemente bajo y puedan pasar largos periodos de tiempo sin comer.
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Esqueleto de Cutipetreo adocorpus ferus expuesto en el Museo Nacional de Historia Natural de Francia



Respecto a su morfología, pese a que solo alcanzan a medir medio metro de largo, han convergido bastante con los cocodrilos con los que se asemejan su estilo de vida, poseyendo un cuerpo mayormente aplanado en comparación a su tamaño, su hocico es alargado y se encuentra lleno de dientes curvados hacia atrás para atrapar a sus presas sin que estas puedan escaparse una vez son atrapadas.

Sus garras son pequeñas, pero le permiten sujetarse a las rocas donde descansa por largos periodos de tiempo, siendo esta su principal función en lugar de servir como defensa u ofensa.

El nacimiento de su variante domestica (Cutipetreo adocorpus domesticus) se dio durante el siglo XV d.C, cuando esta especie fue introducida a los franceses como una curiosidad proveniente de África. Siendo inicialmente comercializada como un mero animal exótico. No fue hasta que un francés anónimo vio el potencial que tenían para solucionar el problema de la seguridad en sus edificios.

Con décadas de crianza selectiva para volverlos más dóciles y darles una apariencia más estética, les dieron una apariencia similar a estatuas. Si bien la forma de su cuerpo varía mucho según la raza de gárgola, se puede decir que en general sus mandíbulas se volvieron más grandes y cuadradas, sus garras, así como sus miembros delanteros fueron agrandados con el objetivo de luchar contra seres humanos y la estética de sus escamas fue arreglada para permitir que sea posible tallarlas manualmente. En general, grabándose los emblemas familiares de quienes las poseyeran en adición a algunos accesorios o decoraciones como alas o cuernos con la intención de asustar a los intrusos.

Esta domesticación incrementó enormemente el promedio de vida de las gárgolas de primera generación, pasando de vivir 20 años a unos 30. Este último se volvería más tarde el promedio de vida de una gárgola doméstica.

Normalmente solían acomodarse en el exterior de los edificios, junto a diversas estatuas idénticas para tratar de evitar que los intrusos pudieran diferenciarlas de verdaderas gárgolas y así lograr disuadirlos.

Aunque el éxito de esta estrategia hizo que entre la gente con menos dinero se volviera común utilizar únicamente estatuas, aprovechándose de su similitud para mantener ladrones alejados.
Eventualmente con los avances tecnológicos, quedaron relegadas a simples mascotas debido a su obediencia y los bajos costos que requiere criar uno. Aunque aún pueden verse algunas gárgolas cumpliendo su rol original en lugares de naturaleza tradicional o sencillamente como una medida extra.

Pese a eso, la "apariencia" que daban las gárgolas en los edificios antiguos fue rescatada al reemplazarlas con estatuas, ya no con el fin de proteger sino de decorar.

Alimentación: Al igual que muchos otros reptiles, las gárgolas salvajes son animales con una dieta poco especializada, cuya alimentación consiste en cualquier animal pequeño que se cruce frente a él. Variando entre pequeños mamíferos, insectos, otros reptiles, y en algunas ocasiones peculiares, crías de su propia especie.

Pese a poseer la capacidad de movimiento como para despedazar cadáveres, no parecen cazar de forma activa animales demasiado grandes para engullirlos por completo. Los motivos de esto aún no están claros.

En cuanto a la dieta de las gárgolas domésticas, inicialmente poseían una dieta igual a la de sus contrapartes africanas, siendo la única diferencia que mayormente eran alimentados con carnes ya procesadas en vez de animales vivientes. Pero, debido a la posterior creación de distintas variedades de gárgolas y la endogamia que conllevó, muchas de las razas actuales pueden llegar a sufrir fuertes problemas estomacales si son alimentadas con algo que no sea un alimento especial.

Razas: Al igual que a muchos otros animales domésticos, las gárgolas eventualmente se diversificaron en muchas razas, la mayoría con cualidades ofensivas y mínimos cambios estéticos debido a su propósito inicial.

No sería hasta finales del siglo XX que distintas razas puramente estéticas serian creadas para servir como mascotas.
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Fotografía de la última gárgola de su raza pocos años antes de su muerte. Debido a problemas genéticos traídos por la endogamia, la mayoría de ejemplares de la última década resultaron ser estériles y no pudieron mantener el linaje puro.



La gárgola corredora occitana, como su nombre indica fue una raza nacida en la región de Occitania, Italia. Fue creada teniendo en cuenta una mayor velocidad de respuesta hacia los intrusos, así como la intención de poder perseguirlos en vez de simplemente espantarlos.

Fue una raza algo controversial debido a diversos incidentes en los que se cobraron las vidas de quienes trataban de capturar, por lo que su popularidad nunca fue realmente grande y en años recientes esta variación fue declarada oficialmente extinta.

Se caracterizaba por tener extremidades más largas y delgadas que otros miembros de su especie, diseñados para una mayor movilidad, pero a menudo eran decoradas con un par de alas pesadas que les dificultaban moverse, puramente por motivos estéticos.

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En la imagen se muestra una gárgola león japonesa en un pedestal, lugar común para esta raza debido al trabajo que se les dió.

Durante el siglo XIX, algunas de estas criaturas llamaron la atención de los japoneses, quienes poseían estatuas guardianas en algunos de sus templos. La idea fue fuertemente criticada al principio al siquiera sugerir cambiar sus estatuas simbólicas por animales reales, por lo que durante sus primeras décadas de existencia como raza eran muy raros de encontrar, solo en templos y santuarios muy escasos en el país. Pero a finales del siglo XX su popularidad comenzó a hacerse mayor, no solo como vigilantes sino también como "mascotas" para el lugar.

Se puede apreciar que la crianza de esta especie le dio varias protuberancias cubiertas de escamas, que parecieran simular el cabello de un león de las clásicas estatuas Komainu.
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Fotografía sacada recientemente de un alado italiano en uno de los pocos lugares que aun usa las gárgolas como guardianes.



Este fue el primer intento de crear una gárgola que pudiera volar, modificando los brazos con la intención de crear alas tal y como las que habían utilizado los reptiles hace varios millones de años. Fue un intento fallido, puesto que el alargamiento de escamas y la gran cantidad de las mismas para simular plumas terminó por causar que fuera demasiado pesado para volar. Quitándole además sus garras delanteras.

De igual modo, esta raza fue aceptada de buena manera como guardianes, si bien no eran capaces de volar, sus "alas" parecían cumplir de forma apropiada como arma contundente después de todo.
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Un coloso de jardín descansando en el patio trasero de una casa adinerada.



Una vez que la popularidad como guardianes de las gárgolas comenzó a descender, hubo intentos de llevar su trabajo a otros ámbitos. Uno de estos fue el de darles el mismo trabajo que los perros guardianes. Las hicieron más robustas, llegando a medir hasta 1 metro estando paradas, pero la mayoría de sus cualidades básicas fueron mantenidas.

Vieron un mayor éxito que otras razas guardianas de casa debido a que fueron además criadas para ser amigables con la gente de confianza, pasando también por buenas mascotas y según algunos testimonios, "buenas niñeras".
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Este ejemplar adulto de pigmeo de musgo se encuentra recuperándose de una enfermedad causada por parásitos. Su estado puede verse debido a la cantidad de musgo en su cuerpo.



Esta es la primera especie totalmente doméstica en haber sido creada, midiendo apenas 20 centímetros de largo y 10 centímetros de alto fueron diseñados para vivir en interiores. Su capacidad para mantenerse sin comer fue afectada por la crianza, pudiendo pasar como mucho una semana sin ingerir alimentos.

Se llaman pigmeos de musgo debido a que se desarrolló de forma artificial una simbiosis entre el animal y una especie de musgo que crece en su cuerpo. Esta planta se nutre poco a poco de las secreciones de la gárgola y células muertas, mientras a su vez atrae insectos que puede comer.

Pese a que esto en la naturaleza sería considerado ideal, la crianza selectiva provocó que estos insectos mayormente les causen problemas estomacales. Por lo que deben ser cuidados y vigilados muy a menudo.











martes, 27 de mayo de 2025

Los 11 principios de la propaganda nazi, por Joseph Goebbels

 

En estos tiempos de “fake news”, desinformación y propaganda pura y dura entregada hasta por presidentes electos, puede ser de utilidad conocer como los nazis -o cualquier otro grupo extremista y/o nefasto- usan la información o la falta de ella para sus propios fines.