La cola de la discordia. © 2018 Reuters.
La cola presuntamente pertenece al saurópodo Atlasaurus imelakei,
del Jurásico medio y procede de Marruecos. Su antigüedad estimada ronda
los 166 millones de años. Este dinosaurio es un macronario, el segundo
grupo más exitoso del Jurásico y del que eventualmente derivarían los
titanosaurios, el conjunto de saurópodos más amplio y conocido para el
Cretácico.
Reconstrucción de Atlasaurus por Andrea Morandini.
La casa de subastas Morton en
colaboración con el banco BBVA Bancomer llevó a cabo una subasta el
pasado 16 de enero para beneficio de escuelas afectadas durante el sismo
del pasado septiembre en México. Por si usted no lo sabía estimado
lector, en septiembre de 2017 una serie de sismos dañó severamente
diferentes poblaciones del centro y sur de México. En el estado de
Oaxaca, particularmente hacia el istmo, la gente lo perdió todo y más.
El gobierno ha sido más que renuente para apoyar a estos damnificados,
incluso llegando a ser invisibles en la escena internacional debido a
que el foco fue desviado hacia la capital, donde otro sismo también
causó importantes afectaciones. Al día de hoy, escuelas, casas y mucha
infraestructura sigue sin ser atendida en el sur del país y por si fuera
poco, el gobierno mexicano ha lucrado con la desgracia, llevando a cabo
fraudes millonarios. De tal forma que cualquier ayuda es más que bien recibida. ¿No?
La empresa Morton, intermediaria de la subasta.
Bueno, pues resulta que la cola de
cuatro metros de largo se vendió a un propietario privado anónimo por
1.8 millones de pesos mexicanos (el equivalente aproximado de 96,000
dólares estadounidenses). De ese dinero, 400,000 pesos mexicanos serían
destinados a reconstruir escuelas en el sur del país. Los informes de la
subasta indican que el precio fue muy bajo y la cola fue arrematada por
el precio de salida, sin incrementos y que la subasta terminó rápido,
en menos de un minuto. La noticia y el destino de los recursos fueron
celebrados en distintos medios. Y con justa razón. Pero la cosa se tornó
obscura.
La cola en el lobby de la torre BBVA Bancomer en la Ciudad de México. © 2018 Reuters.
Sin embargo, según información del
diario El País, en un comunicado del ministerio de Energía y Minas de
Marruecos, la cola podría ser falsa. Al ver las fotos no se aprecian
signos de falsificación o de tallado, como es común con otros fósiles.
La cola parece real, pero podría ser una falsificación muy buena. Sin
embargo, el ministerio afirma que La Dirección de Geología de Marruecos
no dio aviso de la salida de este fósil del país, por lo que de ser
genuino, habría sido sacado ilegalmente. Y eso es un problema.
La dichosa cola. © 2018 Reuters.
Marruecos a través del Departamento de
Patrimonio Cultural y bajo la dirección de Abdullah Al-Alawi, ha
iniciado investigaciones para indagar si la cola es genuina y si fue
sacada legal o ilegalmente de Marruecos. De demostrarse la existencia de
irregularidades, procederían sanciones de conformidad con las
convenciones internacionales sobre la lucha contra el tráfico ilícito de
bienes culturales y la destrucción y saqueo del patrimonio acorde a lo
decretado por las Naciones Unidas para la La Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Marruecos estuvo bajo la mira de los
interesados en conservación del patrimonio paleontológico, pues en abril
de 2017, logró recuperar un esqueleto de plesiosaurio que había sido
subastado en París (en 477,000 dólares u 8.8 millones de pesos
mexicanos) y que fuera sustraído de la localidad de Khouribga.
El gerente de la casa de subastas
Morton afirma que el gobierno marroquí no se ha puesto en contacto con
la empresa y que el vendedor original de la cola (Pietra Gallery),
presentó documentación apropiada para la subasta. A la fecha, BBVA
Bancomer, la embajada marroquí en México y Pietra Gallery no han emitido
comunicado alguno. Ahora quedará en las investigaciones demostrar que
efectivamente estamos frente a un caso de tráfico ilegal. Esperemos que
el tema levante la mirada de la comunidad internacional no sólo al caso
del tráfico de fósiles, sino también a las víctimas del sismo y a la
necesidad de ayudar.
Fuentes:
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