Liubov Popova.
Rusia.
Suprematismo. Constructivismo.
Popova destacó entre sus colegas, situándose en la élite del arte ruso de después de la Revolución de 1917, que ayudó activamente a construir con pintura, escultura, moda y lo que le pusieran por delante. Popova se distinguió por composiciones muy arquitectónicas y también es característico de ella la búsqueda de la no-objetividad. Con el triunfo de la Revolución rusa, Popova se convierte en una de sus artistas más importantes. Compone telas suprematistas, donde mezcla color, volúmenes y líneas, con formas geométricas que se confunden unas en otras y crean una organización de los elementos, no como medio de figuración, sino como construcciones autónomas.
Alquimistas en el establo.
Emily Carr.
Canadá.
Postimpresionismo.
Gran artista y escritora canadiense que se inspiró en la cultura indígena para crear su arte, en concreto la de las tribus de la Costa Noroeste del Pacífico. Esta mezcla de lo primitivo con lo más moderno (ella llevó las vanguardias a Canadá) hacen de esta pintora una artista sin igual y la convierten en uno de los iconos del país.
Yan, Q.C.I.
Tanoo, Q.C.I.
Camille Claudel.
Francia.
Impresionismo. Simbolismo.
Camille Claudel, siempre a la sombra de su mentor y amante Auguste Rodin. Sin embargo, su talento fue equivalente, e incluso hay quien afirma que la escultora ayudó a dar forma a algunas de las grandes obras del maestro (por no decir que éste las robó directamente). Aún así, la escultora dejó una obra de apabullante talento. Su naturalismo tenía rasgos de impresionismo y simbolismo, buscando siempre la emoción que se traduce en un exquisito dramatismo gracias a un perfecto dominio de las técnicas y a su enorme sensibilidad.
Gracias a ella, se demostró que es posible esculpir la emoción.
Vertumno y Pomona.
Clotho.
"Grandma Moses."
Estados Unidos.
Primitivismo.
Pintora de lo rural, lo folclórico, lo naïf, su arte no está contaminado por ningún movimiento de los que nacieron durante sus 101 años de vida. Es un arte personalísimo y a la vez universal. La abuela Moses pintó sobre todo escenas pintorescas de vida rural americana, ideales para sellos de correos, tarjetas y postales. Su arte es entrañable, muy ingenuo (naïf), casi infantil, por lo que el encanto de su obra se multiplica. Es evidente el influjo del bordado en su pintura.
Joy Ride.
Sello conmemorativo de Grandma Moses.
Suzanne Valadon.
Francia.
Postimpresionismo.
Hija de una lavandera viuda, Valadon empezó a trabajar a los 11 años y se hizo acróbata de circo con 16. Por el lugar iban mucho artistas como Toulouse Lautrec, a los que no pasó desapercibida la belleza de la joven Suzanne. Una caída puso fin a su peligrosa actividad, pero le llegaron ofertas para otro trabajo en la que sería la mejor: modelo. Su condición de mujer no le impidió ir a los antros de mala reputación de Montmarte con sus colegas y enrollarse con quien le apetecía cuando le apetecía. La moral burguesa del siglo XIX, quizás la más perniciosa para la mujer de la historia, sencillamente le resbalaba.
La obra de Valadon es magnífica. Destaca su dominio de las composiciones y lo vibrante de sus coloridos. Pintó todos los géneros, pero fue famosa por sus desnudos.
Raminou sentado en una tela.
La echadora de cartas
(El futuro revelado)
(El futuro revelado)
Anna Ancher.
Dinamarca.
Realismo. Impresionismo.
Anna Kirstine Brøndum fue una pintora danesa, figura clave en la modernización del arte nórdico. Se interesó por plasmar ante todo la luz y el color, por lo que se puede considerar una pintora impresionista, aunque lógicamente el movimiento le quede lejos geográfica y cronológicamente. Descubrió que lo que le interesaba era observar la interacción de diferentes colores a la luz natural y a eso consagró el resto de su vida.
Juzgando un día de trabajo.
Cosechadores.
Mabel Dwight.
Estados Unidos.
Realismo social. Caricatura. Ilustración.
Dwight era radical y marxista, aunque su arte es suave y el sentimiento transmitido al espectador es optimista. Dibujos que hablan de la Gran Depresión, el terrorífico sexismo de su época o las injusticias de la discriminación racial, pero siempre con un tono amable, para conseguir una reflexión, a ser posible por medio de una sonrisa. Aunque no se sabe mucho sobre su vida personal, Dwight sufrió duramente la pobreza del artista, así como sordera y una precaria salud. Pese a ello nunca perdió su empatía y no dejó que el cinismo contagiara su arte.
Clase de dibujo.
Tarde de verano.
Hilma af Klint.
Suecia.
Abstracción.
Hilma Af Klint, nada menos que la pionera de la abstracción, antes incluso que Kandinsky o Mondrian. Nunca leemos sobre ella en la historiografía oficial y eso tiene que cambiar. Más de 1000 cuadros abstractos realizados mucho antes de que existiera el arte abstracto. No fue Kandinsky el primero, por mucho que lo pregonara en 1911. Y desde luego el arte de Af Klint era de una abstracción mucho más pura: no siguió un proceso para disolver la realidad, plasmó directamente sus sentimientos y emociones.
Retablo número 1.
Svanen (El Cisne).
Mary Pratt.
Canadá.
Hiperrealismo.
Basándose en la fotografía y haciendo gala de una técnica asombrosa, retrató objetos cotidianos que veía por casa, sobre todo alimentos. Unos objetos que adquieren con su pincel no sólo un superrealismo desconcertante, sino que van más allá… Pratt consigue dotar a estos objetos increíblemente realistas de una magia irreal, muy poética y sugerente. Lo podríamos denominar la belleza de lo cotidiano, y como todo lo cotidiano, su pintura también tiene en mayor o menor medida un ligero toque perturbador.
Huevos en la huevera.
Manchas de mermelada, luces de gelatina.
Frida Kahlo.
México.
Primitivismo. Surrealismo.
Su vida estuvo marcada por diversos factores: la mala salud fue uno de ellos. La polio de su infancia y sobre todo un terrible accidente de autobus dejó secuelas que cambiaron su vida (dolores, amputaciones, imposibilidad de engendrar…), pero que también la iniciaron el el arte. La obra de Frida Kahlo es difícil de clasificar. Tan unida a su vida personal, se podría decir que los cuadros de Frida son sujeto y objeto. Muchos quisieron ver en su obra un primitivismo cercano a Rousseau, y desde luego se percibe esa ingenuidad e infantilismo naïf del francés, aunque Kahlo, como Rivera buscaron siempre mostrar un exaltado nacionalismo, un arte que expresara la afirmación nacional mexicana.
Mi nacimiento.
La columna rota.
Remedios Varo.
España.
Surrealismo.
La influencia paterna marcará su impronta con las enseñanzas de dibujo técnico, mientras una síntesis entre simbolismo, surrealismo y fantasía, junto a las teorías freudianas acerca de la complejidad del inconsciente, alimentarán la originalidad de una obra rica en detalles y sugestiones. Sin duda, no podemos obviar a pintores como Goya, El Greco o El Bosco, claras constantes en la obra de Remedios, al igual que la literatura de Edgar Allan Poe o de Julio Verne.
Hoy en día gran parte de la obra producida reside en colecciones particulares y es fuente de inspiración de artistas varios, como por ejemplo observamos en algunos de los videoclips de la reina del pop Madonna.
El mensaje.
Papilla estelar.
Lily Furedi.
Hungría.
Nueva objetividad.
Furedi vivió en Hungría buena parte de su vida, pero en 1927 se fue a Estados Unidos a reunirse con sus padres que habían emigrado. Al parecer, en el barco que la llevó a América, puso en los papeles como profesión «Artista». Y precisamente en eso se convirtió y además de éxito. Su pintura no pretendía ser moderna, pero lo era. Su arte era vibrante, simpático, y optimista. Hasta un día de trabajo o la sensación de agobio en un transporte público abarrotado eran vistos con encanto por la pintora, y eso que era la Gran Depresión.
Subway.
Zinaida Serebriakova.
Rusia.
Simbolismo. Art Decó.
Son sus cuadros pequeñas obras maestras que rezuman armonía y plasticidad, y sus escenas de género son asombrosamente exquisitas: la vida rural de Rusia (el campo ruso con sus campesinos trabajando), escenas domésticas con sus hijos jugando o comiendo… Es la belleza de lo cotidiano. Nunca pintó modelos profesionales. Siempre utiliza a amigos, familia y a sí misma como protagonista de sus cuadros, incluidos sus magníficos desnudos. Desde muy joven demostró su talento para mostrar la belleza.
Es evidente la sensualidad que perfumaba sus lienzos. Mujeres hermosas cargadas de sutileza y erotismo, y siempre expresando la felicidad en sus rostros.
Desnudo recostado.
Desayuno.
Varvara Stepanova.
Rusia.
Constructivismo.
Durante la revolución abanderó la vanguardia rusa y fue un ejemplo de la lucha por la emancipación de la mujer. Apoyada por el estado- algo inusual- ayudó con su arte a tomar medidas importantes para mejorar el estatus social de la mujer (legislaciones en materia de costumbres, derecho de las mujeres a la jornada de 8 horas, a negociar salarios), en definitiva, unos derechos políticos idénticos a los hombres.
Stepánova, antes de militar en el constructivismo, había diseñado obras «cubofuturistas» y varios libros y cuando el movimiento se convirtió en la principal vanguardia, no sólo rusa sino mundial, se convirtió en una de las principales diseñadoras del comunismo visual, una estética que aún se puede apreciar hoy en día.
El ejército rojo.
Estudiantes en ropa de deporte.
Artemisia Gentileschi.
Italia.
Barroco.
Evidentemente caravaggista, su estilo barroco tomó el dramatismo de su ídolo en ambiciosos cuadros históricos y religiosos (géneros inadecuados para el espíritu femenino en esa época de claroscuros). Tragedias aparte, la artista es hoy considerada no sólo una de las más notables artistas del barroco italiano, sino una adelantada al feminismo. Supo pintar y representar la pintura simbólicamente, logrando un esfuerzo extraordinario de identidad en una época que ser mujer en el mundo del arte era una limitación: personajes bíblicos como Judith o Susana poblaron sus cuadros como símbolos de lucha ante el patriarcado.
Judit decapitando a Holofernes.
Susana y los viejos.
Sarah Goodridge.
Estados Unidos.
Realismo.
Fue una retratista que sobre todo realizaba miniaturas, retratos en un pequeñísimo formato que tienen preisamente por ese motivo un encanto especia. Sus miniaturas pintadas en marfil tienen un encanto extraordinario. Son pequeñas obras de arte, pinturas íntimas, deliciosas, casi secretos guardados para el espectador...
Belleza revelada.
Lita Cabellut.
España.
Expresionismo.
Con una historia tan truculenta que parece ficción, los «biógrafos» de Cabellut nos hablan de su raza gitana, de dislexia, de su madre prostituta, de abandono, de indigencia en las calles de Barcelona hasta los 12 años, de orfandad, de que una familia la adoptó y la salvo, descubriendo así el arte… Sus cuadros, casi todos retratos, muestran de manera fotográfica a prostitutas, proxenetas o vagabundos. También pinta a referentes de su obra como Frida Kahlo o Coco Chanel, mujeres sofisticadas pero con biografías tan desgarradoras como la suya. Se ve esto también en las grietas de casi todos sus lienzos, que quizás simbolizan sufrimiento, o quizás.
Ana Frank.
Jenny Saville.
Reino Unido.
Nueva figuración. Postmodernidad.
Saville estudió el cuerpo femenino observando operaciones de cirugía plástica, liposucciones y fotografías de deformidades. Por ello sus retratos presentan distorsiones y juega con el género, el peso y las formas de sus retratadas. Lienzos enormes, perspectivas aberrantes, colores intensos, pinceladas matéricas, caligrafías añadidas cuerpos obesos, exhibición de genitales, cicatrices y heridas…
Tamara de Lempicka.
Polonia.
Art decó.
Los retratos, desnudos y otras escenas de Tamara de Lempicka son una ventana a la alta burguesía adinerada y la decadente aristocracia de entreguerras. Casi se percibe el perfume a Chanel y se puede sentir al Gran Gatsby, entre lo underground y ellujo total. Se percibe en su obra un amor por Ingres. Pero también Boticelli y el Manierismo en general. El desnudo y el retrato son sus principales géneros. Hombres elegantemente vestidos, o bien mujeres etéreas, con las telas de sus vestidos flotando.
La bella Rafaela.
Autorretrato en un Bugatti verde.
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